OBITUARIOS GUATEMALA: EL INVENTOR DEL BETÚN ALTENSE

EL INVENTOR DEL BETÚN ALTENSE




La fría madrugada del martes despidió al empresario Pedro Palacios Caravantes, inventor de una popular marca de productos para el cuidado del calzado. Falleció a sus 83 años, a causa de un paro respiratorio.


Cadmon Aarón Marroquin
Periodista


Nació en una casa del centro histórico el 31 de enero de 1926, fue el único hombre de los 4 hijos de José Palacios y Concepción Caravantes, quienes se dedicaban a la fabricación artesanal de barniz para suelas de zapatos. 

Pedro Palacios trabajó desde los 8 años como vendedor de periódicos y lustrador de zapatos; sus ganancias se usaban para comprar frascos de compota que servían para envasar barniz; su condición económica sólo le permitió estudiar hasta cuarto primaria.

En 1950 conoció a Ana Amparo González con quien procreó nueve hijos. La muerte de su padre un año después, marcó el destino familiar: él se hizo cargo del pequeño negocio y lo formalizó con el nombre Productos Palca.

Del barniz pasó a la pasta color negro que años más tarde se convirtió en el producto más rentable. Hoy, cada mes, llegan a tiendas y supermercados del país poco más de cien mil pastas Altense.Según Rigoberto Palacios, uno de sus hijos, fue hasta 1972 cuando pudieron registrar la fórmula y la marca. Palacios estableció su primera fábrica en San Lucas Sacatepéquez. Y años más tarde, durante tres gobiernos consecutivos (Manuel Arana, Kjell Laugerud y Romeo Lucas) proponen a Pedro Palacios la candidatura a la alcaldía de San Lucas Sacatepéquez como agradecimiento por fundar el primer comercio de ese municipio. Él no aceptó. 

En 1979 resistió la quema total de su fábrica y después de recuperar lo perdido, sufrió otro incendio en 1981, del que sólo quedaron cenizas. Pero logró levantarse, Altense ahora cuenta con 19 productos para el cuidado del calzado que se exportan a Estados Unidos, Costa Rica, El Salvador, Cuba y Nicaragua. Francisca de Polanco, propietaria de la distribuidora Pitutas S.A. en El Salvador lamentó su muerte: “Fue un luchador y gran amigo, hicimos negocios en 35 años”. No sólo hizo betún. En los años setenta fue Policía de Hacienda en Cobán, Alta Verapaz, fabricó billeteras, papel para atrapar moscas, y zapatos para niños, los cuales se vendieron en los almacenes como productos importados. 

En los ochenta incursionó como cambista de moneda extranjera y en la venta de solventes y cueros; en la década de los noventa trajo cerdas alemanas y chinas para fabricar cepillos, pero sin el éxito que logro con Productos Palca, donde también creó tabacos (pintura para zapatos) y tres colores más en betunes. Luis Barrientos propietario del taller industrial Krones, en 1998 ayudó a Pedro Palacios a fabricar una máquina única en el país: consiste en una llenadora de pastas de 9 inyectores que puede fabricar 200 pastas por minuto en tres tamaños distintos. “Pedro fue un emprendedor. Para él, crear un betún era un verdadero ritual”, dijo Barrientos. 

Luego de ser deportado de Estados Unidos en 1970, donde trabajó medio año como empacador de papa y tomate, Pedro Palacios regresó a ese país en 2001. En ese viaje conoció al cubano Vicente Rodríguez, representante de la Cámara de Comercio de Hialeah, Florida, quien le enseñó la fabricación de un producto que fue su última creación: Cepillo Mágico, una cómoda y portable almohadilla con betún líquido.

Desde 2002 una complicación pulmonar, resultado de su abuso con el cigarrillo, limitó sus visitas a la fábrica; no obstante, la visitó con ayuda de un andador. En sus últimas charlas familiares agradeció su ayuda y pidió que cuidaran lo que juntos habían alcanzado. Según Laura Palacios, su hermana menor, él caminó descalzo hasta los 10 años. Para él fue muy difícil aprender a usar zapatos.

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