OBITUARIOS GUATEMALA: El maestro de la auditoría

El maestro de la auditoría


“Lo que no me gusta de este trabajo es que a veces tengo que lastimar a otras personas”, dijo Trinidad Gilberto Batres Paz, de 73 años. Un referente de la auditoría en el ambiente financiero nacional que falleció el 7 de diciembre en un hospital privado. Un tumor cancerígeno provocó su muerte.El 21 de noviembre pasado todavía hubo actividades en su oficina, no dejó nada pendiente. Cumplió su función de Director del Grupo Financiero de Occidente, labor que realizó desde febrero de 2005. Unos 20 años atrás ingresó como asesor del Gerente Financiero del área de seguros. José Pivaral Guzmán, director de Grupo Financiero de Occidente, contó que Batres fue un hombre que se condujo siempre de acuerdo a los buenos principios y la transparencia. Su amplio conocimiento sobre la economía guatemalteca hacía su trabajo una tarea sencilla. Sus decisiones modificaron el diseño y políticas de productos financieros, entre ellos la fiscalización de seguros de vida y los avisos y constancias del flujo de remesas de EE.UU. a Guatemala. “Tenía la cualidad de crear eficientes grupos de trabajo”, agregó Pivaral, “las personas que trabajaron para don Gil jamás tuvieron de él un llamado de atención, más bien una contribución”. De 1998 al 2000 fue director de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), durante el gobierno de Alfonso Portillo le ofrecieron el puesto de Superintendente, posición que rechazó por razones que nunca hizo públicas. Durante su dirección representó a la institución en convenciones tributarias en Italia y Ecuador. De esa época nació su preferencia por las normas internacionales de contabilidad, pero sólo su ordenador es testigo del desarrollo de esas medidas en temas financieros. Gilberto escaló peldaños laborales en la Superintendencia de Bancos a finales de los sesenta. Jorge Rivas Castillo coincidió con él en la primaria, la universidad y en la Superintendencia. “Batres inició como Inspector de seguros y fianzas”, recordó Rivas, “era un auténtico colador. Fue responsable de resolver los expedientes de los bancos, entidades financieras y cooperativas”. Años después ocupó el puesto de Secretario General de ese organismo. También compartió sus conocimientos como instructor de temas de auditoría en la Superintendencia de Bancos de El Salvador en 1969. Su primer trabajo en las ciencias económicas fue como profesor en la Universidad de El Salvador de 1967 a 1969 donde impartió los cursos de Administración, Contabilidad de Costos, Auditoría y Presupuestos. Álvaro Edgardo Calero Rodas fue su alumno y recordó que Batres llegó a la universidad por referencia del Banco de Guatemala y que con sus cursos sentó las bases de la contabilidad en el área de seguros. Calero Rodas ahora es Vicedecano de esa facultad. Gilberto fue profesor de la Universidad Rafael Landivar (URL) y la Mariano Gálvez entre 1971 y 1973; también impartió clases en la universidad de San Carlos durante 25 años donde fue Jefe del departamento de Auditoría y después Decano de la Facultad de Ciencias Económicas. Sus responsabilidades profesionales lo obligaron a retirarse en 1994. De esa época se origina el sobrenombre de Compañerito, manera amable en la que él llamaba a centenares de alumnos y compañeros de trabajo que por obvias razones no recordaba todos los nombres. Todos recuerdan con simpatía el mote. En esa universidad conoció a su esposa Nelly Herrera. Ella trabajaba como secretaria del tesorero mientras él llevaba la auditoría de las fincas de la universidad. Procrearon tres hijos. En su ausencia, familiares recuerdan la emoción de Gilberto al quebrar su primera piñata a los 50 años, y como el mes pasado Batres tuvo su carrera personal de estación en estación del metro de Washington D.C. para ver competir en la maratón de esa ciudad a uno de sus hijos. Días antes de fallecer, Batres se disculpó con sus hijos por no brindarles el tiempo que él hubiese querido. Aún en la secundaria, Gilberto descubrió su vocación por el derecho trabajando en un bufete. Rosaura Paz pidió a los propietarios que despidieran a su hijo para que él siguiera sus estudios. Batres creció desde los ocho años sin su padre. Probablemente su afinidad con los números nació en aquel pequeño cuarto que alquilaba su madre y que estaba dividido por una escuálida estantería que significó una especie de abarrotería que tenían en las afueras del mercado El Guarda. Gilberto nació en esta ciudad el 27 de mayo de 1935.

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