OBITUARIOS GUATEMALA: Arévalo Guerra, el imbatible de la taquigrafía

Arévalo Guerra, el imbatible de la taquigrafía


Las primeras horas del 7 de febrero advirtieron la partida de Pedro Arévalo Guerra. Funcionario, educador y taquígrafo. Falleció a causa de un paro respiratorio. Tenía 94 años.El profesional de la taquigrafía nació en Antigua Guatemala el 29 de junio de 1914, fue el tercero de los ocho hijos de Rómulo Arévalo y Carlota Guerra. De su núcleo familiar sobresale el gusto musical que heredó Pedro Arévalo con extraordinarias aptitudes para los instrumentos, como la mandolina, la guitarra y el piano. Su hermano, José Arévalo Guerra, fue un músico reconocido: un espacio del Conservatorio Nacional de Música lleva su nombre. Desde 1930, al culminar la secundaria, comenzó a impartir clases a nivel primario en el interior del país y fungió como director de varias escuelas rurales en Chimaltenango, Huehuetenango, Sacatepéquez y de la capital. Pero dejó esa actividad en 1944 para dedicarse a su formación en la Academia Práctica Comercial.En esa institución conoció a Edith García Castellanos, se casaron el 23 de junio de 1945 y procrearon 10 hijos. Juntos ocuparon en ese año el puesto de taquígrafos en la Asamblea Nacional Constituyente y, junto con otros cinco expertos, transcribieron el diario de sesiones. Meses más tarde, ambos laboraron como taquígrafos auxiliares de la Secretaría del Congreso. Pedro Arévalo cultivó aún más su experiencia cuando fue nombrado Secretario Taquígrafo Parlamentario de la Gerencia del Banco de Guatemala en 1950. También fungió como taquimecanógrafo en la Superintendencia de Bancos (SB) hasta convertirse en Secretario Administrativo de esa institución en 1959. En 1966 hizo la primera reorganización del archivo general de la SB, una década después el terremoto lo desordenó y eso motivó a Pedro Arévalo a crear uno nuevo, el cual funciona hasta hoy, organizado en dos espacios distintos: el Archivo General y un Archivo Muerto que contiene sólo información de referencia. Cathy Colindres de Barrientos trabajó con él durante 11 años: “fue un funcionario a carta cabal, muy exigente y eficiente” lo recuerda.Todo ese conocimiento le sirvió a Pedro Arévalo para participar en el certamen nacional de taquigrafía y mecanografía organizado por el Ministerio de Educación. Durante las celebraciones de independencia, ganó en 1956 su primer campeonato nacional de taquigrafía en la rama de expertos. Y la hazaña la repitió en 1957, 1958, 1965 y 1966. Y dos veces más por equipos en 1957 y 1958. Lo más notable, sin duda, fue el campeonato de 1958 donde logró un cien por ciento de eficiencia, proeza que hasta la fecha nadie ha superado: su marca registrada fue de 120 palabras por minuto; aunque en la práctica profesional, sus compañeros dan cuenta que rebasaba las 160.Se jubiló de su cargo en la SB en mayo de 1977, trabajó en varios centros educativos privados, y formó decenas de campeones en taquigrafía y mecanografía. La actividad como docente especializado culminó a finales de los años noventa. Su hija, Evelyn Arévalo, recordó en la última década a un Pedro Arévalo cultivando un gusto especial por la lectura de enciclopedias y la destreza en el ajedrez, disciplina que a la que se dedicó con mucho interés.Fue un mentor atento y perfeccionista. En la revista Secretarias de 1979 destacan varios artículos de su autoría donde hace énfasis en los métodos de evaluación taquigráficos basados en fórmulas que incluyen la velocidad, signos y palabras omitidas o inexactas. Incluso, las charlas familiares siempre fueron interrumpidas por la corrección de Pedro Arévalo que aun en sus últimos días dibujó en su memoria, figuras elípticas taquigráficas de las conversaciones que conseguían su atención.

No hay comentarios:

Copyright © OBITUARIOS GUATEMALA Urang-kurai